Camino a la Beatificación

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03 marzo 2012

La parroquia San Antonio de Padua tiene nuevo párroco

En el transcurso de una ceremonia concretada en la noche del viernes 2 de marzo, tomó posesión de la parroquia San Antonio de Padua, el Pbro. Juan Nicolás Orquera, sucediendo en este servicio pastoral al Pbro. Oscar Alfredo Tapia, quien permaneció por espacio de cuatro años en esa comunidad de la zona noreste de la ciudad capital.

La Santa Misa fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, y los sacerdotes del clero catamarqueño.

En el inicio de la celebración, el niño Martín Ahumada y la Sra. María del Valle Rodríguez de Díaz despidieron con emoción al párroco saliente y dieron la bienvenida al nuevo en nombre de la comunidad. Dirigiéndose al P. Tapia, la feligresa expresó: “Los que conocimos su dedicación al estudio y su pasión y perseverancia en la difusión de la Palabra de Dios, nos hemos sentido honrados de tenerlo entre nosotros. Cada una de sus homilías constituyó una verdadera cátedra, ilustrándonos con sobre el sentido y el valor de la lectura de la Biblia. Su manera de ser ágil y convocante, su cordialidad a flor de piel deja huellas en esta parroquia y en el corazón de cada uno de nosotros”.

Al Padre Orquera dijo: “Lo recibimos con alegría y entusiasmo. Somos una comunidad sencilla, respetuosa y dispuesta a colaborar en todo lo que usted nos encomiende”.


Luego se dio lectura al decreto de nombramiento del nuevo párroco, que estuvo a cargo del Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino. En el mismo se especifica que la designación se extiende por el lapso de seis años a contar desde el día de la asunción.

En el comienzo de su homilía, Mons. Urbanc se refirió a estos “dos acontecimientos que tocan de cerca a esta comunidad parroquial al despedir al Padre Oscar, a quien agradezco de corazón el trabajo realizado acá, como también recibir al Padre Juan como nuevo pastor de esta comunidad, a quien también agradezco su disponibilidad para prestar este servicio. El Padre Oscar tuvo la misión de transmitirles a ustedes el amor que el Padre tiene por nosotros, y esa es la misión que debe continuar el Padre Juan”.

Dando continuidad a la ceremonia litúrgica, el P. Juan Orquera realizó la profesión de fe y renovó sus promesas sacerdotales. Asimismo, recibió de manos del Señor Obispo los óleos sagrados con los que administrará los Sacramentos, y la llave del Sagrario.

 
“Siento dejar la parroquia”
Antes de la bendición final, el Padre Tapia se dirigió a los presentes manifestando: “Confieso que siento dejar la parroquia, porque luego de los berrinches iniciales que le hice al Señor Obispo cuando me trajo a la ciudad para colaborar con la pastoral bíblica en toda la diócesis, descubrí la voluntad de Dios, me encariñé con la parroquia, y sobre todo descubrí los caminos de la Providencia en el cuidado y el ejemplo de San Antonio de Padua, quien me había cobijado en su universidad en Jerusalén (pues estudie en el Antonianum de los franciscanos) y ahora en la parroquia me marcaba un rumbo de estudio, predicación responsable, dedicación a la Palabra de Dios y cuidado de los humildes”.

“Aunque no llegué a completar el ciclo de los 6 años del decreto de nombramiento de párroco, agradezco al Señor Jesucristo y a San Antonio, estos cuatro años de párroco. Agradezco al Señor Obispo su trato cordial, su conducción pastoral y esta decisión madurada y rezada conjuntamente”, expresó el ex párroco, y agradeció a su familia, a sus hermanos sacerdotes, “a la comunidad parroquial que fue incondicional en su apoyo en todos los emprendimientos que tuvimos”, “a los buenos vecinos del barrio que siempre fueron cordiales y serviciales”, y “de un modo especial a los más estrechos colaboradores: catequistas y miembros de distintas instituciones”.

 
“Vengo para ser feliz”
A su turno, el flamante párroco recordó a los sacerdotes que desplegaron su tarea pastoral en esa comunidad parroquial, mencionando al P. Juan Andreata y al P. Hugo Argentino Córdoba, y a los sacerdotes Carlos Ibáñez y Armengol Acevedo.

Comentó que es oriundo de La Puntilla, departamento Tinogasta, y al realizar un repaso de su vida, destacó sus orígenes franciscanos en la etapa de formación. También se definió como un párroco del campo, ya que su experiencia pastoral hasta ahora se concretó en parroquias del interior, por ello pidió a los fieles que lo ayuden a ser párroco de la ciudad.