Camino a la Beatificación

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30 marzo 2013

Saludo Pascual del Obispo de Catamarca


“Hoy la alegría inunda toda la tierra por la 
victoria de Cristo sobre la muerte, el odio y el pecado”


Queridos catamarqueños:
                                                    ¡Aleluia!  ¡Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado!  ¡Aleluia!
Hoy la alegría inunda toda la tierra por la victoria de Cristo sobre la muerte, el odio y el pecado. ¡Qué bueno si cada uno de ustedes ha tenido la dicha de haber vivido intensamente estos días para poder experimentar de verdad lo que significa pasar de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad, del odio al amor!
 Esto es lo que pretende la Pascua para nosotros. No sólo un mero recuerdo de lo que pasó sino de algo que nosotros estamos viviendo. Por eso, el saludo ¡Aleluia, Cristo ha resucitado! será fervoroso, será emocionante, será transformador si es que nosotros hicimos este esfuerzo. De lo contrario, se transformará en un saludo rutinario, como todos los años lo hacemos: tocó la fecha y tengo que decir “Cristo ha resucitado” o simplemente, “Feliz Pascua”. Qué bueno cuando nosotros sabemos a fondo de qué se trata, porque brota de lo más profundo de nuestro corazón, porque ha sido y sigue siendo una experiencia profunda no sólo vivida íntimamente sino en comunidad, en familia. Por eso les deseo que estos días de Pascua que estamos iniciando les sean muy útiles para encontrarse con Jesús vivo, porque ‘el Resucitado’ es ‘el Acontecimiento’.
El Papa Benedicto XVI nos decía que “no se empieza a ser cristiano por una decisión ética o por una gran idea, sino por el encuentro con un ‘Acontecimiento’, con una ‘Persona’, que le da un nuevo horizonte a la vida”. ¡Nosotros, hermanos, nos hemos encontrado con Jesús Resucitado!
¿Qué tenemos que hacer? Lo mismo que María Magdalena, ir a buscar a Jesús… Él le sale al encuentro, pero no lo reconoce. Pero al oír que la llama por su nombre cae en la cuenta de que es Jesús, y exclama ‘Raboní’ (Maestro mío). Así, la otrora gran pecadora, se da de frente con quien la ama de verdad, con Jesús que la liberó de sus pecados. También nosotros necesitamos encontrarnos con el Viviente Jesús. Anunciemos que Jesús está vivo en nuestra sociedad, en nuestros lugares de trabajo, en los ámbitos de estudio, en nuestros hogares, en nuestros centros de salud, en nuestros clubes, en nuestros sindicatos, en nuestras fábricas, en nuestros servicios penitenciarios, en los geriátricos, en el barrio, en las parroquias, etc. Nuestra sociedad catamarqueña está necesitando que los cristianos proclamemos este mensaje de vida, de fraternidad, de solidaridad, que es fruto de reconocer que Jesús está vivo.
Le pidamos a la Virgen del Valle, la que nos protege, la que intercede por nosotros, la que es la Madre del Resucitado, que nos ayude a valorar esta gracia que tenemos los católicos de creer, de aceptar y de vivir a la luz y en la compañía de Cristo vivo. El Señor los bendiga.  ¡Feliz Pascua!        

Mons. Luis Urbanč
8º Obispo de Catamarca