Camino a la Beatificación

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16 agosto 2014

La comunidad de Andalgalá recibió al Obispo en el inicio de su labor misionera en el departamento

“Vengo como hijo de Dios a compartir la vida con ustedes, que también son hijos e hijas de Dios”.

El viernes 15 de agosto, en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, comenzó su quinta y última visita pastoral del año, en este caso a la parroquia San Francisco de Asís, con sede en la ciudad de Andalgalá, distante a 270 kilómetros de la ciudad capital. El recorrido por las distintas comunidades diseminadas a lo largo del departamento del Oeste catamarqueño se extenderá hasta el sábado 30 de agosto.
El arribo de Mons. Urbanc se concretó en horas de la tarde bajo un clima agradable, que acompañó toda la jornada. En el portal de ingreso a la cabecera departamental fue recibido por el párroco, Pbro. Moisés Pachado, y desde allí se trasladó hasta el centro, escoltado por la policía y una caravana vehicular.
Los pobladores se congregaron en la plaza 9 de Julio y recibieron afectuosamente al Señor Obispo, mientras se desplazaba hasta la intersección de calles San Martín y Núñez del Prado, donde se levantó un escenario con el altar para la celebración de la Santa Misa. En este punto se desarrolló el acto protocolar, que contó con la presencia de las principales autoridades municipales, encabezadas por el intendente, Prof. Alejandro Páez, el presidente del Concejo Deliberante, Dn. José Luis Cativa, concejales, autoridades policiales y educativas, representantes de instituciones locales y comunidad en general.
Luego del ingreso de las banderas de ceremonia de las escuelas del medio, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, y se escucharon las palabras de bienvenida.
En primer término, el jefe comunal expresó su deseo de “que su visita a este departamento sirva para iluminar nuestros corazones, para que como comunidad comencemos un camino
mejor en donde podamos compartir, mirarnos nuevamente a los ojos, y que aquellas cosas que nos separan como comunidad queden de lado”. Además, dijo que “hoy, en que vemos tantas cosas atroces que  están sucediendo en el mundo, nuestro Papa Francisco ora por la paz, que nuestro pueblo no quede aislado de esa premisa básica, orar por la paz del mundo, orar por nuestra paz”. Asimismo, pidió “a San Francisco de Asís, Patrono de la Naturaleza, que nos cuide como pueblo de Dios” y  “que estos quince días los disfrute muchísimo, como el pueblo de Andalgalá lo va a disfrutar y compartir con usted”.
Por su parte, la Sra. María Cristina Barrionuevo, manifestó el deseo de “que estos días de visita bendiga con su presencia a nuestro querido Andalgalá. Queremos que sea siempre el Padre y la cabeza de esta parroquia bendita que lleva el nombre de San Francisco. Que su
visita pastoral sea un momento de gracia, que al escuchar sus palabras llenas del Evangelio de Jesús renovemos el camino de discípulos del Señor, que nos impulsen a pensar en nuestros hermanos, a comunicarnos, a ser servidores de los demás, a compartir, a poner de manifiesto el amor fraterno”.
Seguidamente se leyó el decreto, a través de cual el Obispo fue declarado Visitante Ilustre de la jurisdicción de la Municipalidad de Andalgalá, Ad-Referéndum del Concejo Deliberante local.
Con la despedida de las banderas de ceremonia se cerró el acto protocolar, dando inicio inmediatamente a la celebración de la Santa Misa.

Celebración eucarística
En el altar preparado con las imágenes de la Virgen del Valle y San Francisco de Asís, se llevó a cabo la Santa Misa, presidida por el Obispo Diocesano y concelebrada por el párroco de la zona.

En el inicio de su homilía, Mons. Urbanc agradeció a quienes se dieron cita para recibirlo, como también las palabras de bienvenida expresadas, y destacó la presencia de los niños y adolescentes, en este año dedicado a ellos de manera particular en toda la diócesis local.
Al dirigirse a la comunidad, manifestó: “Vengo como hijo de Dios a compartir la vida con ustedes, que también son hijos e hijas de Dios. Ese es un regalo que Dios nos ha hecho y tenemos que agradecerlo, comprometiéndonos a mostrarlo con nuestra vida. Tenemos que hacer honor de esa condición viviendo de acuerdo con las enseñanzas y los ejemplos de nuestro Señor Jesucristo”. Y agregó: “Vengo a fortalecer, despertar, iluminar las virtudes de la fe, la esperanza y el amor, para que ustedes las practiquen, las pongan en ejercicio y puedan construir esa comunidad viva, fraterna, comprensiva, solidaria”.
El Pastor Diocesano especificó que “no vengo como especialista en política, ni en economía, ni en educación, sino a hablar de Dios, porque Dios tiene que estar presente en la vida de la sociedad, en la vida de nuestras familias, en la vida de cada uno, en nuestra vida como Iglesia. Dios tiene que estar en el centro, porque si El está en el centro nos une, hace que sepamos queremos, y si alguna vez nos ofendemos nos perdonamos y seguimos caminando, porque hay que llegar a la cima de la montaña, y no se llega solo. Tenemos que apuntalarnos, animarnos”.

“Lo revolucionario del cristianismo es perdonar”
En otro tramo de su predicación, el Obispo puso énfasis en que “tenemos que llegar a la expresión máxima del amor, que es el perdón. Lo revolucionario del cristianismo es que perdonamos al enemigo, al que nos ha hecho daño. Eso es lo revolucionario, perdonar, y perdonar de corazón, siempre. Si no perdono no me acerco, no le permito al otro  que se me acerque y habrá siempre un abismo entre nosotros. Los pecados dividen, los pecados destruyen, los pecados matan, y nosotros tenemos que eliminar eso si queremos participar dignamente del banquete del amor que es la eucaristía. Eso es lo que le va a dar vida a la comunidad, lo que va a unir, lo que va a dar futuro a nuestros niños, a nuestros adolescentes, eso va a permitir que florezca entre nosotros la paz, la justicia, la verdad, el amor, la alegría, la unión, el perdón. Sin perdón no hay progreso, no hay sociedad, no hay Patria”.

“El humilde es el que hace de su persona trono de Dios”

Tomando como ejemplo a la Virgen María, dijo que “el humilde es aquel que se vacía de sí mismo y deja que Dios entre totalmente en su vida. El humilde es el que hace de su persona trono de Dios, y Dios reina desde ese trono que es mi persona, mi vida. El humilde está siempre cerca de los otros, sabe que necesita de todas las personas, que necesita en primer lugar de Dios, y de todos los que lo rodean, de los que piensan distinto a él o de los que piensan igual que él. El humilde no descarta a nadie de su corazón”.
Por último, imploró al Patrono San Francisco de Asís lo que él pidió al Señor: ‘Haz de mi un instrumento de tu paz, donde haya odio ponga amor, donde haya discordia ponga la unión, donde haya desesperanza, ponga la esperanza’. “Ustedes conocen esa oración que la
deberíamos repetir todos los días para poder ser instrumentos de la paz de Dios en el mundo que nos toca vivir”, expresó.

Cáliz y patena para la parroquia
Durante la celebración eucarística, el Obispo obsequió a la parroquia un cáliz y una patena como recuerdo de su visita pastoral, que fueron bendecidos con el mismo Cuerpo y Sangre de Jesús, en el momento de la consagración.
Antes de la bendición final, el párroco Pachado agradeció la presencia de Mons. Urbanc, quien permanecerá durante quince días en la jurisdicción parroquial, y también a todos los presentes y de manera particular a quienes colaboraron en la preparación de los actos.
Las actividades continuaron con una merienda comunitaria y homenaje cultural.


Sábado 16
8:00- Oración de los Laudes con los Catequistas de la sede.
9:30- Dialogo con los padres y niños de la catequesis de la sede (Reconciliación y Comunión).
10:30- Confesiones de los niños de la catequesis.
11:00- Misa de niños en la canchita parroquial.
12.30- Almuerzo a la canasta con todos los presentes.
15:30 a 18:00- Visita a la comunidad de Choya.
18:30 a 20:30- Visita a las familias de la comunidad de La Aguada.

21:30- Cena.