Camino a la Beatificación

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02 diciembre 2015

Mons. Urbanc en el tercer día de las fiestas marianas

“Que nuestras autoridades sean honestas, justas, cercanas, dialogantes y veraces en sus acciones”

El martes 1 diciembre, en el tercer día de la novena en  honor a Nuestra Madre del Valle, rindieron su homenaje el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, junto a su esposa y miembros de su equipo de trabajo, e integrantes del Gabinete provincial. Lo hicieron durante la misa central de las 21.00, presidia por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc.
Los alumbrantes participaron de la liturgia y acercaron al altar los dones de pan y vino, como también ofrecieron a los pies de la Virgen agua y alimentos no perecederos para la atención de los peregrinos.
Tomando como eje de su predicación la temática propuesta para esta jornada, referida a que la Misericordia de Dios Padre se
revela a los pequeños, el Obispo afirmó que “son los pequeños, los sencillos, los que se percatan más fácilmente de la presencia y la acción de Dios en la creación y en la vida de los seres humanos”, advirtiendo más adelante que “el sencillo no es el bobo, ni el simple; la sencillez es la actitud de quien no tiene la pretensión de condicionar a Dios ni de exigirle que actúe según sus intereses personales. Cuando actuamos así, con sencillez, estamos más cerca de Dios”.
Además, enfatizó que “hoy Jesús sigue siendo un desconocido en los corazones de muchos hijos e hijas de Dios. Estos hermanos y hermanas nuestros no han descubierto el tesoro más precioso que existe: conocer a Jesús; y, a través de Él, al Padre Misericordioso. Muchos no creen y Jesús necesita ser anunciado para ser conocido, amado y servido”.

En otra parte de su homilía, Mons. Urbanc invitó a rezar “de un modo muy especial por todas las autoridades nacionales, provinciales y municipales que asumirán en sus respectivas funciones el próximo 10 de diciembre. Pido por las que están aquí presentes para que, llevando en lo más profundo de su corazón los tesoros de la fe cristiana, presten su servicio en consonancia con ella”. Asimismo, exhortó a las autoridades a que “inspiren cada una de sus decisiones en las normativas que nos dejó el Señor Jesús bajo la custodia e interpretación de la Iglesia, sabiendo que Dios nunca ha sido enemigo del ser humano, sino su mejor aliado. Que cada una de nuestras autoridades tengan una profunda experiencia de la Misericordia de Dios, a fin de que esa vivencia los impulse a ser misericordiosos, honestos, justos, cercanos, ecuánimes, magnánimos, dialogantes y veraces en sus propósitos y acciones”.
Además, pidió “que siempre prioricen el amor, el respeto y la piedad a nuestra querida
Madre del Valle. Que este ámbito de su Santuario, del Paseo de la Fe y de la Gruta, donde hace ya 400 años su sagrada imagen la Providencia divina confió a los nativos de entonces, y por medio de ellos, legada a las generaciones futuras, sean cuidados y mejorados para que cada peregrino y devoto, que busca un encuentro con Dios Padre a través de María, experimente en el silencio, la limpieza, el orden, el decoro, la piedad, el respeto y la fraterna y cálida acogida, una real y profunda renovación de su fe, esperanza y amor”.
Antes de impartir la bendición final, todos los presentes cantaron el Himno a la Virgen del Valle con profunda devoción.


TEXTO  COMPLETO DE LA HOMILIA
Queridos Devotos y Peregrinos:
                                                              En este tercer día de la novena rinden su homenaje a Nuestra Señora del Valle miembros del Gabinete provincial y los señores Intendentes con sus respectivos gabinetes. Vaya, pues, mi saludo cordial a todos y la intención de esta Santa Eucaristía por los frutos de la ardua labor que el pueblo les ha confiado.
            La temática que se nos propuso meditar y rezar durante esta jornada surge de la afirmación evangélica de que la Misericordia de Dios Padre se revela a los pequeños.
            ¡Cuán cierto es esto! La historia reciente y pasada nos corrobora esta verdad. Son los pequeños, los sencillos, los que se percatan más fácilmente de la presencia y la acción de Dios en la creación y en la vida de los seres humanos. Los ‘pobres de Yahvé’, como lo señala repetidamente el Antiguo Testamento, son los primeros en acoger el mensaje de Dios y a los mensajeros que envía; son los que se abren incondicionalmente a la propuesta de Dios; son los que están dispuestos a vivir según las enseñanzas y preceptos del Señor; son los que más pronto descubren a los demás como hermanos y coherederos de los bienes salvíficos; son los que están dispuestos a elegir siempre caminos de paz, diálogo, amor, perdón y misericordia a ejemplo de Jesús; son los que están dispuestos a dar la vida por los demás y a compartir con los más necesitados; son los que no tienen miedo de encontrarse con los diferentes y con los que piensan distinto; son los que saben admirarse de las cosas pequeñas, descubriendo que detrás de ésas, está su Hacedor, Redentor y Santificador.
            En las lecturas que acabamos de escuchar, Dios promete por medio del profeta Isaías, que enviará a Uno de su parte que poseerá su mismo Espíritu, es decir, será prudente, sabio, valiente, piadoso, fuerte y siempre se inspirará en el santo temor de Dios; no juzgará por apariencias, ni sentenciará sólo de oídas, sino que juzgará a los pobres con justicia y con rectitud a los desamparados; desenmascarará a los violentos y a los malvados, puesto que la justicia y la fidelidad serán su distintivo, y por eso lo buscarán todos los pueblos (cf. Is 11,1-10).
            Por su parte, el salmista afirma que “Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; que Él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres”. Concluyendo su oración con un profundo deseo: “Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra” (Sal 71,12-13.17).
            Ahora bien, casi seguro que nos surge la pregunta: hoy, a decir verdad, ¿cuántos creen en este Mesías? Porque ya puede empeñarse el profeta Isaías en describirlo bellamente, que si luego no es aceptado en el corazón de los seres humanos, sus palabras caen como la semilla entre piedras y abrojos, y no fructifica. Por eso Jesús, en su oración de acción de gracias al Padre (Lc 10,21-23), sabe que este conocimiento permanece escondido para muchos sabios, poderosos y entendidos que no han querido conocer la Verdad. Hoy Jesús sigue siendo un desconocido en los corazones de muchos hijos e hijas de Dios. Estos hermanos y hermanas nuestros no han descubierto el tesoro más precioso que existe: conocer a Jesús; y, a través de Él, al Padre Misericordioso. Muchos no creen y Jesús necesita ser anunciado para ser conocido, amado y servido.
La fe es un tesoro precioso por el que tenemos que dar gracias. Jesús sabe que creer no es fácil, por eso, en la secuencia del Evangelio se da la vuelta y le dice a sus discípulos: “¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron!” (Lc 10,24). Pero, ¿quiénes son esa gente sencilla que tuvo la gracia de conocer a Jesús? ¡Cuidado! el sencillo no es el bobo, ni el simple; la sencillez es la actitud de quien no tiene la pretensión de condicionar a Dios ni de exigirle que actúe según sus intereses personales. Cuando actuamos así, con sencillez, estamos más cerca de Dios.
Hoy, tenemos la hermosa ocasión para pedirle a Dios, nuestro Padre, por intercesión de la Virgen María, la actitud del sencillo, que no trata de manipularlo, sino de amarlo para cumplir su voluntad. También es un buen día para gracias a Dios por el don de la fe, pidiéndole al Hijo, para cuyo nacimiento nos preparamos en este Adviento, que la incremente en nuestros corazones para que con nuestra vida y testimonio animemos a los que no creen a buscar este precioso tesoro.
Por último, los invito a que recemos de un modo muy especial por todas las autoridades nacionales, provinciales y municipales que asumirán en sus respectivas funciones el próximo 10 de diciembre. Pido por las que están aquí presentes para que, llevando en lo más profundo de su corazón los tesoros de la fe cristiana, presten su servicio en consonancia con ella. Que inspiren cada una de sus decisiones en las normativas que nos dejó el Señor Jesús bajo la custodia e interpretación de la Iglesia, sabiendo que Dios nunca ha sido enemigo del ser humano, sino su mejor aliado. Que cada una de nuestras autoridades tengan una profunda experiencia de la Misericordia de Dios, a fin de que esa vivencialos impulse a ser misericordiosos, honestos, justos, cercanos, ecuánimes, magnánimos, dialogantes y veraces en sus propósitos y acciones.
Que siempre prioricen el amor, el respeto y la piedad a nuestra querida Madre del Valle. Que este ámbito de su Santuario, del Paseo de la Fe y de la Gruta, donde hace ya 400 años su sagrada imagen la Providencia divina confió a los nativos de entonces, y por medio de ellos, legada a las generaciones futuras, sean cuidados y mejorados para que cada peregrino y devoto, que busca un encuentro con Dios Padre a través de María, experimente en el silencio, la limpieza, el orden, el decoro, la piedad, el respeto y la fraterna y cálida acogida, una real y profunda renovación de su fe, esperanza y amor.
¡¡¡Nuestra Madre del Valle, ruega por nosotros!!!