Camino a la Beatificación

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08 febrero 2016

Las Hermanas del Verbo Encarnado se suman a la labor pastoral en la Diócesis de Catamarca

El domingo 7 de febrero, la Diócesis de Catamarca vivió un especial acontecimiento con la fundación de la Casa Virgen del Valle de las Hermanas del Verbo Encarnado, quienes se suman a la labor pastoral en la parroquia San Roque, con sede en la ciudad de Recreo, departamento La Paz.
La presentación oficial de la congregación religiosa en la comunidad del este catamarqueño se llevó a cabo en el templo parroquial, durante la Santa Misa presidida por el Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Decano de la Zona Este, Pbro. Humberto Carrizo, el Párroco y el Vicario Parroquial de Recreo, Pbros. Gustavo Flores y Facundo Brizuela, respectivamente.
En la oportunidad se contó con la presencia de la Superiora de la Comunidad de Rosario, Hna. María Alejandra Villalba, acompañada por las Hermanas de la comunidad que acompañaron este momento de particular significación para la congregación y para la
Iglesia catamarqueña.
Participaron de la celebración autoridades civiles, encabezadas por el Intendente de Recreo, Dn. Roberto Herrera, miembros de instituciones eclesiales, del colegio parroquial y una importante cantidad de fieles de las distintas comunidades de la parroquia.
Durante la ceremonia se leyó el decreto mediante el cual el Obispo Diocesano autoriza la erección de la Casa de las Hermanas del Verbo Encarnado, bajo la denominación de Nuestra Señora del Valle.
Las primeras religiosas que vivirán en Recreo son las Hnas. Marta Inés Zucco (Superiora), Mayra Pérez y Jovina, quienes colaborarán con las tareas del Colegio Parroquial Inmaculada Concepción, como también en la amplia acción pastoral de la parroquia San Roque.

Del Obispo: “Es una riqueza para la diócesis”

Mons. Luis Urbanc destacó este acontecimiento de gracia para la Diócesis de Catamarca, indicando que lo enmarca y lo ve “dentro de la Providencia de Dios, que derrama abundantemente su misericordia en la diócesis, porque la presencia de la vida consagrada es una riqueza para la diócesis”.
Al hacer alusión a la nueva comunidad religiosa dijo que “es una congregación que tiene el carisma de anunciar la presencia del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Creo que trae muchas bendiciones para toda la diócesis, en especial para el Este catamarqueño”.

De las religiosas: “Gracias por abrirnos las puertas de la diócesis”
La Hna. María Alejandra Villalba agradeció en nombre de la Superiora General, al Obispo “por abrirnos las puertas de su diócesis. Muchísimas gracias en nombre de la
congregación, por confiar en nosotras. Ciertamente las hermanas iniciamos hoy aquí un camino para vivir con ustedes nuestro carisma, que es esa manera de vivir el evangelio. Por ello queremos vivir y anunciar la Encarnación del Verbo. Dejamos tres hermanas aquí, comprometidas para anunciar el evangelio del amor y la bondad”.
Asimismo, la religiosa comentó que “nuestra congregación propuso al Santo Padre un año jubilar y nos lo concedió para vivirlo en el mismo Año Jubilar de la Misericordia. Por eso en cada lugar donde trabaje o viva una religiosa del Verbo Encarnado es un lugar donde podemos ganar indulgencia plenaria. Ya las hermanas a lo largo de su trabajo apostólico les irán diciendo qué significa ganar indulgencia plenaria”.

Del párroco: “Es una hermosa bendición de Dios”

El Padre Gustavo Flores, párroco de San Roque, les dio la bienvenida a las Hermanas, y explicó que “es una parroquia extensa, con muchas comunidades y todas las personas que allí viven están ávidas de Dios y de su mensaje. Para nosotros es una hermosa bendición de Dios, en este Año de la Misericordia, el Padre Dios nos hace una hermosa caricia al darnos este regalo”.

Además, pidió “a toda la comunidad parroquial que aprovechemos al máximo este don, que con la ayuda del Espíritu Santo descubramos el sentido más profundo, el porqué y para qué van a vivir las Hermanas en medio de nosotros. Las hermanas, totalmente consagradas a Dios, traen la luz de Cristo donde más densas son las tinieblas, y difunden la esperanza en los corazones desalentados”, afirmó. Y explicó que “las personas consagradas son un signo de Dios en diferentes entornos, levadura para el crecimiento de una sociedad más justa y fraterna. Cada persona consagrada es un regalo para el pueblo de Dios. Las hermanas, en medio de nosotros, van a realizar la misión que les toca”.