Camino a la Beatificación

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23 junio 2016

El Obispo presidió la Misa de San Juan Bautista en el Hospital

Mons. Urbanc llamó a “hacer presente a Jesús a través de la cercanía con los enfermos”

En el marco de los actos en honor a San Juan Bautista, esta mañana, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la misa en el Auditórium del principal nosocomio de la provincia, que fue concelebrada por el Capellán del hospital, Pbro. Antonio Bulacio.
La celebración eucarística se llevó a cabo luego del izamiento de la Bandera en el ingreso de las instalaciones, acompañado por los acordes de la Banda de Música de la Municipalidad de la Capital, y contó con la presencia de autoridades del centro de salud, personal médico y de servicio que allí se desempeña.
En su homilía, el Obispo destacó la figura de San Juan Bautista para los trabajadores de la salud, quienes deben velar por el cuidado de los enfermos. “San Juan Bautista es el que prepara el camino para Jesús. El nos ha preparado el camino para la salvación, para la
sanación profunda, porque Jesucristo es el médico de nuestras almas, el que nos cura de la muerte eterna, pero Juan tiene la misión de preparar el camino. Como las enfermeras y los enfermeros preparan el quirófano para que después venga el médico y haga la cirugía, alguien acondiciona el espacio. Esta es la misión que tiene San Juan Bautista, y qué bueno que él sea el Patrono del principal hospital de la provincia”.
También resaltó el ejemplo de amor a los que sufren del Santo Patrono, indicando: “Qué importante que seamos como Juan Bautista que anuncia a Jesús a los enfermos o a los familiares de los enfermos. Hacer presente a Jesús a través de nuestra cercanía, de la cooperación alegre, pronta, cualificada de aquellos que vienen a nuestro encuentro, ése es el modo como uno se comporta como Juan Bautista”.
En el marco del Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, destacó que “una de las obras de Misericordia corporales es visitar y cuidar a los enfermos. Jesús siempre mostró compasión por los enfermos, esas personas que se acercaban a Él no sólo recuperaban la salud del cuerpo sino que recibían el precioso don de la fe”.
Para finalizar invitó a los presentes a que “le pidamos al Señor que renovemos la gracia del bautismo. Jesús predicaba un bautismo de penitencia, y eso tenemos que hacer en el hospital. Se hace penitencia cuando se sonríe, se trata bien a los demás, cuando se está bien dispuesto. Porque el que viene enfermo está mal, y el que tiene que recibirlo debe estar bien, bien de alma, para poder ayudarlo. Y para estar bien tenemos que estar con Jesús, tenemos que rezar y ofrecerle nuestra vida a Jesús”.
Durante la ceremonia religiosa, el Pastor Diocesano designó a cinco laicos como Ministros Extraordinarios de la Comunión por el periodo de un año. “Ante las necesidades de los enfermos que no pueden participar del culto, estos hermanos pueden llevarles la Eucaristía, llevarles a Jesús a sus hogares o donde estén internados”, expresó el Obispo. 


En el momento de las ofrendas, las autoridades acercaron al altar los dones de pan y vino; y antes de la bendición final, Mons. Urbanc impartió una bendición especial a los presentes.