Camino a la Beatificación

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04 diciembre 2016

Los servidores del Santuario rindieron homenaje a la Virgen

Durante la mañana del domingo 4 de diciembre, rindieron su homenaje a la Madre del Valle, todas las personas que sirven en el Santuario, Ministros Extraordinarios de la Comunión, Equipo de Liturgia, Sacristanes, Guardianes de la Virgen, Damas de la Virgen, Colectores, Florería, Secretaría, Hospedaje del Peregrino, Sala de Promesas, Servidores Marianos, Acción Católica Catedral, Voluntarios de María Solidaria, Museo de la Virgen, Consagrados y devotos de María. Comunicadores de María, el personal del Santuario y del Obispado.

La celebración fue presidida por el Rector de la Catedral Basílica y Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz, quien en su homilía destacó que el tiempo de Adviento que estamos viviendo nos invita a la conversión.
En este sentido, tomando el evangelio de Mateo proclamado previamente, expresó que “Juan el Bautista predicaba un llamado a la conversión desde una situación de pobreza”, y que “sobre este tema tenemos que profundizar en este tiempo, porque no
vamos a cambiar el mundo desde las seguridades, desde la opulencia, desde el poder temporal, sino desde la pobreza para tener no sólo una mayor libertad como Iglesia, sino sobre todo un mayor impacto en la sociedad porque sólo desde la pobreza se puede ser auténtico”.
Asimismo, destacó que “esto lo plantea Juan el Bautista, dando testimonio con su propia vida. Era un hombre creíble, y hasta los más poderosos como Herodes lo escuchaban con agrado porque era un hombre coherente. Y éste tal vez sea el eje fundamental de toda la predicación de la
Iglesia. No podemos exigir conversión si nosotros no nos convertimos. No sólo en la conversión pastoral de nuevos métodos, de un nuevo lenguaje, sino sobre todo de una autenticidad mayor en cuanto a quedar delante de Dios por una total libertad para que El disponga de nosotros. Y en esa disponibilidad vamos a demostrar nuestra pobreza”.
También recordó que “nos estamos preparando para la Navidad, y éste es un tiempo precioso, es una de las fiestas que toca las fibras más íntimas de nuestra condición humana, porque Dios toca la naturaleza humana, Dios se hace hombre, para unirnos a El, tiende este puente, nos reconcilia con El. En su humanidad podemos disfrutar en plenitud de su divinidad, y en su divinidad podemos alcanzar la plenitud de nuestra humanidad”.
En el momento de las ofrendas acercaron elementos destinados para la atención de los hermanos peregrinos y antes de finalizar la celebración, los servidores del Santuario se consagraron a María en su advocación del Valle.