Camino a la Beatificación

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07 septiembre 2017

Repique de campanas y acción de gracias a la Virgen del Valle, a 13 años del sismo

En la mañana del jueves 7 de septiembre, vísperas de la Natividad de la Virgen María, los catamarqueños expresaron su acción de gracias a la Virgen del Valle por su protección durante el sismo que sacudió nuestro territorio hace 13 años.  Los actos comenzaron con el repique de las campanas de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle, y a las 8.53, hora en que se produjo el movimiento telúrico, y se celebró la Santa Misa a los pies de la Patrona de Catamarca, ante el templo colmado de fieles.
La celebración eucarística fue presidida por el Pbro. Gustavo Molas y concelebrada por el Pbro. Juan Orquera. Participaron miembros
de Defensa Civil Catamarca, quienes trabajaron arduamente en las horas posteriores al terremoto sacudió el Valle Central, Servidores Marianos, miembros de instituciones eclesiales y fieles en general.
En su homilía, el P. Molas expresó: “Celebramos ya por décimo tercera vez la acción de gracias a la Virgen del Valle por aquella maravilla que nos ha tocado protagonizar”, en alusión a la protección cuando ocurrió el terremoto, agregando que “siempre estábamos viendo las anteriores, desde su llegada a Choya, y al final vivimos una nosotros”.
También reflexionó acerca de que existe
“una relación muy llamativa y particular entre la madre tierra y la Madre Virgen, dicho en quechua, la Pachamama y la Mama Achachita, que ha sido una constante en la historia de Catamarca. En las Sagradas Escrituras, se observa desde el Génesis hasta el Apocalipsis esta relación, que encuentra su plenitud en Cristo”.
Trajo a la memoria las palabras de Mons. Adolfo Tortolo, quien decía que “la Virgen está predestinada desde toda la eternidad por Dios para ser nuestra Madre, en esta advocación del Valle, y nosotros, los catamarqueños, a ser sus hijos”. Asimismo, afirmó que “desde siempre Dios quiso esto,
y desde el año 1600 empieza esta historia interrumpida de protección en todos los niveles. Ya son 400 años, con terremotos, con sequías, con invasiones de gusanos y de langostas, siempre está con nosotros y nunca nos va a dejar. No se olviden nunca que el corazón de la madre se pega siempre al hijo más necesitado”.

Para finalizar, comentó que “dicen los que saben, que cuando se produce mucho tiempo un mismo fenómeno en una comunidad, se carga en los genes, y yo estoy seguro de que los catamarqueños tenemos a la Virgen del Valle en los genes, después de 400 años de una devoción permanente y constante”.