Camino a la Beatificación

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08 diciembre 2017

Misa de homenaje de las familias a la Virgen del Valle

“Que la familia humana construya una sola casa común sin excluidos que opaquen la obra de Dios”

Con la participación de una gran cantidad de fieles y peregrinos que colmaron el Paseo de la Fe, se llevó a cabo la misa del último día del novenario, en la que rindieron su homenaje a la Madre del Valle las familias, Pastoral Familiar, Movimiento Familiar Cristiano, Grupos Eclesiales al servicio de la vida: Grávida, Renacer, Familiares de Víctimas de Accidentes de Tránsito Catamarca (Faviatca).
La ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del clero diocesano, entre ellos el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el Rector del Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz; y el Delegado Episcopal para la Pastoral Familiar, Pbro. Eduardo López Márquez.
En el transcurso de la celebración eucarística los esposos se tomaron de las manos y
renovaron las promesas matrimoniales; también hubo bendición de embarazadas.
Durante su homilía, Mons. Urbanc preguntó “si las familias están siendo ‘discípulas-misioneras’. Si son esa ‘iglesia doméstica’ en salida, como pide una y otra vez el Papa Francisco; o si están siendo ese ‘hospital de campaña’ para socorrer a tantos heridos en la guerra que libra contra la humanidad la cruel cultura del descarte, que ataca sin piedad a los niños y ancianos, esperanza y sabiduría para toda sociedad que quiera dignificar toda vida humana; o si están cuidando la ‘casa común’ con el cultivo de valores como la amistad, la fraternidad, la solidaridad, la honestidad, la laboriosidad, el orden, la limpieza, el ahorro, la responsabilidad, la puntualidad, la hospitalidad, el respeto, la honorabilidad, el aseo, el diálogo, la unidad, el perdón, la reconciliación, el pudor, la pureza, la sobriedad, la decencia, la sencillez, la veracidad, la ecuanimidad, la caridad, el ser virtuosos, la magnanimidad, etc.”.

Asimismo aprovechó “para explicarles un tema de actualidad que todavía no lo están encarando con conocimiento y responsabilidad, como lo pide el Papa Francisco: es la cuestión de los casos de ‘nulidad matrimonial’, que son muchos más de lo que creen. Esto responde a la metáfora del ‘hospital de campaña’, a la que antes aludí”, dijo.
Y explicó el significado del concepto, indicando que “‘nulidad matrimonial’ significa “inexistencia del vínculo”, es decir, que tal pareja nunca estuvo casada, que nunca existió el sacramento entre ellos, a pesar de que hayan concurrido a un templo con traje y vestido blanco, los haya bendecido el Papa, o el obispo, o un sacerdote, hayan tenido la fiesta y hayan ido al registro civil. Allí nunca hubo vínculo porque algo lo excluía: se llaman causales de nulidad, que son muchas”.
Por ello dijo que “cuando oigan que la Iglesia ha determinado que fulana y mengano no son esposos, por medio de un proceso judicial o administrativo, simplemente está declarando que allí nunca hubo vínculo matrimonial. La Iglesia no tiene el poder de ‘anular’ un matrimonio: ’lo que Dios a unido no lo separe el hombre’”.
Y pidió “por favor, quienes tengan problemas o dudas no vengan a pedir que se les anule el matrimonio, porque piden un imposible. Pero sí, que si sospechan que en tal caso el acto pudo haber sido inválido por alguna causa, acérquense a consultar a un sacerdote o algún laico experimentado que pueda hacer un discernimiento de la situación”.
Por último rogó a la Madre del Valle: “Tú has sido esposa y madre, sabes lo que es una familia, te pido que ayudes a todas las familias que te veneran a que asuman su misión con gran alegría, generosidad y responsabilidad frente a Dios y la sociedad para que toda la familia humana construya una sola casa común en donde no haya excluidos ni sobrantes que opaquen la obra de Dios, que Él te ha confiado que la cuides con amor maternal”.

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos devotos y peregrinos:

En este noveno día de la novena se nos invitó a considerar que la piedad popular es un ámbito muy propicio para el encuentro con Jesucristo. Por algo, san Bernardo acuño la feliz expresión: “¡A Cristo por María!”.
Hoy rinden homenaje a la Virgen del Valle las Familias, miembros de la Pastoral familiar, el Movimiento Familiar Cristiano, Grávida, Acompañantes de embarazadas, Renacer y Familiares de Víctimas de Accidentes de Tránsito. Bienvenidos a esta celebración, que la Virgen Santa derrame copiosas bendiciones sobre cada uno de ustedes. ¡¡¡Paz y Bien!!!
En la 1ra. lectura resuena con fuerza la voz de Dios dirigida al hombre: «¿Dónde estás?» (Gn 3,1). Ésta tiene vigencia hoy para nosotros. No nos pregunta sobre el lugar físico, sino de nuestra relación con Él. Es decir, lejos o cerca de su Corazón, de su Plan, de su Amor, de su Vida, de su Misterio de Comunión, del que es proyección la familia.
La familia tiene un molde, y éste es la Santa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta Santa Trinidad les pregunta a las familias aquí presentes: ¿Dónde estás vasija mía? ¿En qué estás? ¿Cuánto te miras en Mí? ¿Qué reflejas de Mí? ¿Me amas? ¿Sigo siendo tu Modelo? ¿Aún te intereso?
Familia cristiana… ¿Dónde estás? … No sirven las excusas… Se espera una respuesta. No basta estar aquí, a los pies de María, quizás como un niño que se refugia en la mamá para que lo apañe frente a la mirada exigente del papá y le consienta sus caprichos y disimule sus errores. María no está para apañar, sino para levantarnos y fortalecernos a fin de que lleguemos a Dios, pues sólo en Él está la Vida y la Felicidad. Jamás olvidemos lo que Ella dice a cada hijo: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5).
¿Dónde estás? Se refiere a si las familias están siendo ‘discípulas-misioneras’. Si son esa ‘iglesia doméstica’ en salida, como pide una y otra vez el Papa Francisco; o si están siendo ese ‘hospital de campaña’ para socorrer a tantos heridos en la guerra que libra contra la humanidad la cruel cultura del descarte que ataca sin piedad a los niños y ancianos, esperanza y sabiduría para toda sociedad que quiera dignificar toda vida humana; o si están cuidando la ‘casa común’ con el cultivo de valores como la amistad, la fraternidad, la solidaridad, la honestidad, la laboriosidad, el orden, la limpieza, el ahorro, la responsabilidad, la puntualidad, la hospitalidad, el respeto, la honorabilidad, el aseo, el diálogo, la unidad, el perdón, la reconciliación, el pudor, la pureza, la sobriedad, la decencia, la sencillez, la veracidad, la ecuanimidad, la caridad, el ser virtuosos, la magnanimidad, etc.
No respondan, ni actúen como Adán: «Oí tus pasos por el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí» (Gn 3,10). Tenemos que dar la cara y mirar a los ojos al Buen Padre, Dios. Él no está para condenar, sino para sanar, para salvar, para restaurar. Por eso, allí mismo asegura que enviará un Salvador que nacerá de la Mujer, la Virgen María, la Nueva Eva, que aplastará la cabeza del Maligno y reconciliará a toda la humanidad con su Creador y elevará a la dignidad de sacramento la unión del varón y la mujer, signo viviente de la definitiva alianza que sellará con su muerte en Cruz. El que creyó vencer en un árbol, en un Árbol fue vencido (cf. Jn 3, 14-15; Flp 2,8-9).
Quiero aprovechar la gran concurrencia de fieles para explicarles un tema de actualidad que todavía no lo están encarando con conocimiento y responsabilidad, como lo pide el Papa Francisco: es la cuestión de los casos de “nulidad matrimonial”, que son muchos más de lo que creen. Esto responde a la metáfora del ‘hospital de campaña’, a la que antes aludí.
Lo primero que deben saber es qué significa el concepto, porque lamentablemente el gran mal que cunde en la cultura es la ignorancia, ya que es muy común decir una cosa por otra y nos quedamos muy tranquilos. A muchos esto les resbala y les da todo lo mismo.
Por tanto, ‘nulidad matrimonial’ significa “inexistencia del vínculo”, es decir, que tal pareja nunca estuvo casada, que nunca existió el sacramento entre ellos, a pesar de que hayan concurrido a un templo con traje y vestido blanco, los haya bendecido el Papa, o el obispo, o un sacerdote, hayan tenido la fiesta y hayan ido al registro civil. Allí nunca hubo vínculo porque algo lo excluía: se llaman causales de nulidad, que son muchas. Aquí no viene al caso mencionarlas. Con toda tranquilidad les puedo decir que no pocos de los que creen que están bien casados, no lo están, a pesar de que se llevan bien. Tampoco profundizaré esto.
De modo que, cuando oigan que la Iglesia ha determinado que fulana y mengano no son esposos, por medio de un proceso judicial o administrativo, simplemente está declarando que allí nunca hubo vínculo matrimonial. La Iglesia no tiene el poder de “anular” un matrimonio: “lo que Dios a unido no lo separe el hombre” (Mc 10,9).
 “Declarar nulo” no es sinónimo de “anular”. Porque quien anula algo, está reconociendo que eso existe, pero que lo quiere eliminar, como cuando uno anula un cheque o una cita pactada. En el caso de la declaración de nulidad, el vínculo nunca existió, a pesar de que en apariencia sí, porque las partes vivían o viven juntas.
Por favor, quienes tengan problemas o dudas no vengan a pedir que se les anule el matrimonio, porque piden un imposible. Pero sí, que si sospechan que en tal caso el acto pudo haber sido inválido por alguna causa, acérquense a consultar a un sacerdote o algún laico experimentado que pueda hacer un discernimiento de la situación.
Querida Madre del Valle, Tú has sido esposa y madre, sabes lo que es una familia, te pido que ayudes a todas las familias que te veneran a que asuman su misión con gran alegría, generosidad y responsabilidad frente a Dios y la sociedad para que toda la familia humana construya una sola casa común en donde no haya excluidos ni sobrantes que opaquen la obra de Dios, que Él te ha confiado que la cuides con amor maternal.
¡¡¡Viva la Madre de las Familias!!!   ¡¡¡Viva la Virgen del Valle!!!


Procesión con antorchas alrededor
de la plaza 25 de Mayo


Finalizada la misa de las familias, todos los fieles y peregrinos se encolumnaron detrás de la Imagen de la Virgen del Valle para dar inicio a la procesión con antorchas alrededor de la plaza 25 de Mayo, principal paseo público de la ciudad capital. Detrás de la Madre Morenita se ubicaron el Obispo y los sacerdotes, quienes junto con el pueblo fiel caminaron rezando el Santo Rosario y cantando, en las vísperas de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María.